miércoles, 13 de junio de 2018

Vete, tú que puedes.

Vete.
Vete de aquí.
Quiérete y vete.
Vete antes de que sea tarde,
antes de que te quedes encerrada en mis pupilas.
Vete antes de que entre y lo revuelva todo,
porque aquí dentro
ya no crece la hierba.
Que no te engañen los ojos de ángel,
ni la sonrisa de niña buena.
Todo lo que ves aquí:
son demonios.
Ruinas,
libros de amor roto que ya no quieren que nadie los lea.
Vete antes de que te enamores de este caos,
antes de que quieras coser todas estas heridas que todavía supuran.
Vete.
Que yo no te puedo pedir que te quedes.