martes, 11 de junio de 2019

Te di mil.

Te di mil caricias en la espalda,
mientras te pedía con rabia que no me dejaras.
Te di mil besos,
mil amaneceres,
mil maneras de hacerte ver, que te quería.
Te di mil y una lágrima,
cien poemas,
un millón de cartas.
Y yo,
solo quería una,
una vida,
una noche,
una mirada que me dijese que tú también.
Que te ibas a quedar,
que no había nadie más.
Esperé,
esperé mil noches,
mil guerras.
Perdí batallas,
sangre,
vidas.
Esperé y nunca me lo diste,
nunca fuiste tú
porque nunca estabas
cuando el único hueco que quedaba
era el tuyo.