domingo, 23 de diciembre de 2018

Las mentiras también se cumplen

Cruzo los dedos,
mientras te miro
y juro que no tengo miedo.
Que si te vas,
te espero.
Que si te pierdes,
te espero.

Mito

Se me ha caído tu mito,
por fin
lo he convertido en cenizas.
Como si se derrumbase la Sagrada Familia,
dejando solo polvo
y grúas
que ya no sujetarán nada.
Como si las pirámides de Chichen Itzá
no hubieran existido nunca.
Como si tu presencia
no hubiese sido más que un mero latido,
justo antes de morir.
Como el cuerpo que se arquea en medio de un orgasmo,
que después de dos segundos de vida, ya no existe.
Yo me iré antes de que sea de día,
y tú,
me echarás
i-n-s-o-p-o-r-t-a-b-l-e-m-e-n-t-e
de menos.
Y me buscarás todas las noches
en una cama en la que nunca estuve.
Igual que tú no apareciste,
cuando tenías que salvarme de todos esos monstruos,
que iban a joderme
la vida.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Siguen pasándome cosas.

Sigo poniéndome triste con las injusticias,
siguen enfadándome las mismas mierdas.
No se me han quitado las manías,
ni una,
incluso podría decir
que tengo alguna más.
Sigo odiando los exámenes,
la Navidad,
durmiendo mal,
bebiendo café.
Dejándolo todo para el último día.
Sigo usando el mismo boli,
la misma colonia.
Sigo siendo tan difícil de querer
como cuando lo hacías tú,
pero ahora,
lo hace otra.
Sigo llorando con Andrés,
pero ya
no pienso en ti.
Y te juro,
que no he vuelto a escribirte.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Contratiempo.

Que se abra el suelo,
que se vuelva el cielo negro,
si el aire que me toca no lleva tu colonia.
Que se caigan todas las estrellas
y se desborden los mares de la Tierra.
Ahora,
que siento que si te pierdo
no voy a volver a encontrar la salida de emergencia,
porque son tus dedos los que tiran de la cuerda
que me sujeta.
Y sin darme cuenta,
cada segundo me decepciono un poco más,
y acabo echándote de menos.
Y no quiero,
volver a dormir en el suelo
porque no estás tú en la cama,
pero sigue llena de tus recuerdos.
Si llorarte sigue siendo la única respuesta a todas las preguntas
que no nos haremos nunca.
¿Por qué te vas?
¿Por qué no vuelves?
Si mirarte como te miro,
va a ser la mejor promesa que voy a hacerte.
Mientras que las respuestas que no me das
son las que más acierto
cuando no sé ni respirarte.

No he sabido quedarme

Qué derecho tengo,
si cada vez que me entre el miedo
me voy
y te dejo.
Si te lleno los ojos con mis fantasmas
y te torturan susurrándote dudas.
Qué derecho tengo
a pedirte cariño,
si no te escucho llorar,
si cuando me quieres sentenciar
cierro la boca.

sábado, 1 de diciembre de 2018

No nos despedimos nunca.

Nunca nos despedimos.
No hubo un adiós,
no hubo un hasta luego.
Retumbó un: ya no te quiero,
que derribó todas las paredes de la casa.
Ni siquiera tú,
que habías roto mi corona,
te lo creíste.
Pero te fuiste,
poniendo otro nombre en mi trono,
para intentar creerte que de verdad te ibas
lejos.
Pero no lo hacías,
y lo rompiste todo tanto
que nunca pude
volver a recoger lo que me había dejado en tu puerta
y todavía me hacía tanta falta.
Hasta que aprendí,
que el que ama no llora,
y yo,
siempre te lloré a ti.