sábado, 16 de noviembre de 2019

Agnus Dei

Y ahora dices que me quieres:
que todavía me quieres.
Desde el fango,
con los pulmones manchados de tierra
y las manos llenas de angustia,
de miseria.
Me quieres,
después de haberme atravesado por la espalda,
con ensañamiento y alevosía.
Después de la caída,
del aterrizaje forzoso,
después de la condena del Arcángel.
Y ya no veo nada que despeje el huracán,
que aleje el desastre.
No hay antibiótico que palie esta enfermedad,
pero tú rezas
que todavía me quieres.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Adiós

He vuelto a soñar contigo, y me he despertado sintiendo lo mismo.
Como si no hubieran pasado los días,
los años,
las heridas,
los flagelos.
Como si no hubiésemos convertido en ceniza todo lo que fuimos
y nos las hubiésemos soplado en los ojos para no ver el desastre.
Como si todavía estuviésemos en nuestro parque,
en nuestra cama,
en nuestro sofá.
Como si todavía existiera un pronombre
que nos nombrase como una,
siendo siempre dos.
Como si algún dia pudiésemos separarnos
sin sentir el vértigo que da perderse
a uno mismo.
Como si no fuese a faltarnos el aire cuando lo digamos.

sábado, 19 de octubre de 2019

Todo se lo ha llevado tu fuego.

Si lo que ayer escocía
ya no siente,
no palpita por ti mi alma,
que no te admira,
que no te espera.
Que no quiero cerca tus garras de quimera.
Y es que ya no te veo,
te miro y no te veo.
Veo tu sombra,
tus demonios.
Veo la boca de otra a dos centímetros de tu cara.
Y ya no te veo.
Te busco y te encuentro,
con ella.
Pero ya no te veo.
Ni siquiera te escucho,
ahora son cantos de sirena
que solo quieren verme muerta.
Y me asomo al precipicio,
pienso,
medito,
corro.
Y vuelve su espalda en tu cama,
tus mentiras,
la agonía.
Y ya no te busco,
ni te veo,
ni te escucho.
Ahora vuelves,
pero todo lo ha asolado el fuego.

domingo, 13 de octubre de 2019

No es oro todo lo que reluce, y tú, tampoco.

Yo, que te quise como el Principito a su flor, 
tranquila,
suave,
en paz.
Yo, que construí todo un estadio para que te gritasen, 
para hacerte gigante, 
eterna.
Con mi alma.
Que todos y cada uno de estos huesos, 
se rompieron para hacer un puente que cruzase tu abismo. 
Ahora dime por qué quemaste todos y cada uno de los pétalos de todas las margaritas que deshojé pensando que sí,
me querías. 
Yo, que me moría por verte volar.
Tú, que decidiste tu propia muerte.

Ya no brillas. 

Por última vez.

Te quiero lo que no está escrito.
Pero no voy a volver a escribirte.

martes, 11 de junio de 2019

Te di mil.

Te di mil caricias en la espalda,
mientras te pedía con rabia que no me dejaras.
Te di mil besos,
mil amaneceres,
mil maneras de hacerte ver, que te quería.
Te di mil y una lágrima,
cien poemas,
un millón de cartas.
Y yo,
solo quería una,
una vida,
una noche,
una mirada que me dijese que tú también.
Que te ibas a quedar,
que no había nadie más.
Esperé,
esperé mil noches,
mil guerras.
Perdí batallas,
sangre,
vidas.
Esperé y nunca me lo diste,
nunca fuiste tú
porque nunca estabas
cuando el único hueco que quedaba
era el tuyo.

domingo, 26 de mayo de 2019

Ya lo has perdido

Si necesitas perder el globo,
para saber que quieres tenerlo,
debes dejar que vuele.
Pínchalo,
desátalo,
dale una patada
y que se vaya lo más lejos posible
de tu impertinencia.
Pero nunca,
nunca retengas su naturaleza.
Porque si consideras perderlo,
él ya se habrá ido.

sábado, 25 de mayo de 2019

Blind

En esto,
lo que no cura siempre mata.
La bala está en tu puerta,
tú eliges si disparas,
si expandes la epidemia,
o te conviertes en ungüento,
en venda.
Tú eliges lo que curas,
pero siempre serás lo que matas.

Y nunca rogaré por agua

Reviviste todo,
todo lo que ella había quemado aquel verano.
Las hojas,
los tallos,
las flores.
Las cenizas que volaron
ahora son fuego.
Y yo,
me juré que nunca volvería a ser papel,
que no rogaría por agua.
Que vuelvo a ser hielo,
roca,
pasadizo.
Solo tenía que ir soltando la cuerda,
que escapándose me corta las manos.
Pero tú,
ya estabas cayendo.

lunes, 29 de abril de 2019

Nieve

Yo no sé de guerras,
de testimonios de supervivientes.
Yo no sé de trincheras,
ni de viles guerreros que luchan hasta la muerte.
Solo soy nieve,
nieve que reposa,
nieve que flota después de salir de la ira de la tormenta, 
cuando llega la calma, 
cuando todo lo que arrastra, 
ya no existe.
Yo soy nieve,
blanca,
fría,
brillante.
Yo soy nieve,
callada mientras te miro,
mientras investigo tu bomba,
pero yo no sé de guerras.
Yo solo soy nieve.
Y tú,
la sal,

que inocente firma la sentencia, 
a una muerte que ya estaba anunciada.

sábado, 16 de febrero de 2019

3.000 versos

Todavía guardo tu mapa debajo de la cama,
por si algún día se me olvida cómo volver,
de tanto poner otros cuerpos
encima de mi cara,
que no curan nada.
Me robaste septiembre,
y te llevaste todas las flores que habían en el salón.
Todas las cartas de amor
que te dejaba a los pies de la cama.
A mí me costó dos corazones rotos
y tres mil versos,
volver a abrir las ventanas,
para que tus recuerdos
se perdieran por la mañana.
A ti,
te bastaron dos besos de contrabando,
camuflados entre gritos de supervivencia.

jueves, 7 de febrero de 2019

Tú solo soplas. Yo salto.

Tú soplas,
y el aire me corta los labios.
El suelo me quema estos pies,
que nunca pisaron descalzos.
Tú solo quieres irte,
huyes,
corres,
y yo salto.
Tú solo quieres irte,
y yo me quedo,
pensando que te puedo,
que no voy a correr
buscando tus pasos...
pero
tú me soplas,
y yo salto.

domingo, 13 de enero de 2019

SMS

Sálvame de mí.
Dile a ella que no.
No soy yo.
No me dejes sola.
No dejes que huya.
Cógeme de la mano, me siento segura.
Acaríciame cuando lloro,
probablemente tenga miedo.
No te vayas.
No me compares,
me hace daño.
Vuelve a decirme amor.
Pídeme mucho, puede que te lo dé.
No me grites.
No vuelvas a hacerme eso, nunca.
Siempre te quise.
Déjame que te invite a cenar.
Cóseme a besos.
          Volemos a Roma. 
                                    No volvamos.
Sácame de mis casillas.
                                                        Aún te quiero.