domingo, 23 de diciembre de 2018

Las mentiras también se cumplen

Cruzo los dedos,
mientras te miro
y juro que no tengo miedo.
Que si te vas,
te espero.
Que si te pierdes,
te espero.

Mito

Se me ha caído tu mito,
por fin
lo he convertido en cenizas.
Como si se derrumbase la Sagrada Familia,
dejando solo polvo
y grúas
que ya no sujetarán nada.
Como si las pirámides de Chichen Itzá
no hubieran existido nunca.
Como si tu presencia
no hubiese sido más que un mero latido,
justo antes de morir.
Como el cuerpo que se arquea en medio de un orgasmo,
que después de dos segundos de vida, ya no existe.
Yo me iré antes de que sea de día,
y tú,
me echarás
i-n-s-o-p-o-r-t-a-b-l-e-m-e-n-t-e
de menos.
Y me buscarás todas las noches
en una cama en la que nunca estuve.
Igual que tú no apareciste,
cuando tenías que salvarme de todos esos monstruos,
que iban a joderme
la vida.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Siguen pasándome cosas.

Sigo poniéndome triste con las injusticias,
siguen enfadándome las mismas mierdas.
No se me han quitado las manías,
ni una,
incluso podría decir
que tengo alguna más.
Sigo odiando los exámenes,
la Navidad,
durmiendo mal,
bebiendo café.
Dejándolo todo para el último día.
Sigo usando el mismo boli,
la misma colonia.
Sigo siendo tan difícil de querer
como cuando lo hacías tú,
pero ahora,
lo hace otra.
Sigo llorando con Andrés,
pero ya
no pienso en ti.
Y te juro,
que no he vuelto a escribirte.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Contratiempo.

Que se abra el suelo,
que se vuelva el cielo negro,
si el aire que me toca no lleva tu colonia.
Que se caigan todas las estrellas
y se desborden los mares de la Tierra.
Ahora,
que siento que si te pierdo
no voy a volver a encontrar la salida de emergencia,
porque son tus dedos los que tiran de la cuerda
que me sujeta.
Y sin darme cuenta,
cada segundo me decepciono un poco más,
y acabo echándote de menos.
Y no quiero,
volver a dormir en el suelo
porque no estás tú en la cama,
pero sigue llena de tus recuerdos.
Si llorarte sigue siendo la única respuesta a todas las preguntas
que no nos haremos nunca.
¿Por qué te vas?
¿Por qué no vuelves?
Si mirarte como te miro,
va a ser la mejor promesa que voy a hacerte.
Mientras que las respuestas que no me das
son las que más acierto
cuando no sé ni respirarte.

No he sabido quedarme

Qué derecho tengo,
si cada vez que me entre el miedo
me voy
y te dejo.
Si te lleno los ojos con mis fantasmas
y te torturan susurrándote dudas.
Qué derecho tengo
a pedirte cariño,
si no te escucho llorar,
si cuando me quieres sentenciar
cierro la boca.

sábado, 1 de diciembre de 2018

No nos despedimos nunca.

Nunca nos despedimos.
No hubo un adiós,
no hubo un hasta luego.
Retumbó un: ya no te quiero,
que derribó todas las paredes de la casa.
Ni siquiera tú,
que habías roto mi corona,
te lo creíste.
Pero te fuiste,
poniendo otro nombre en mi trono,
para intentar creerte que de verdad te ibas
lejos.
Pero no lo hacías,
y lo rompiste todo tanto
que nunca pude
volver a recoger lo que me había dejado en tu puerta
y todavía me hacía tanta falta.
Hasta que aprendí,
que el que ama no llora,
y yo,
siempre te lloré a ti.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Menos mal, que tú.

Menos mal que llegaste a tiempo
para abrocharme el paracaídas.
Justo cuando el aterrizaje forzoso
era la única esperanza
de supervivencia.
Menos mal
que siempre estaba tu paraguas
para cuando todos esos niños
solo querían tirar piedras.
Porque antes de ti,
solo tenía mi espalda
para soportar toda esta pena.
Menos mal,
que supiste hacerme reír,
después de haber llorado océanos.
Menos mal
que tú,
siempre salvas
                       vida.

Sísifo

Ojalá
nadie vuelva a hacerme escribir
como tú,
desangrándome por los dedos con los ojos cerrados,
viendo como me desintegraba,
sin poder hacer nada.
Porque solo me trajiste invierno
en el agosto más caliente.
Y que no te perdones
debe convertirte en algo parecido a Sísifo,
pero tú,
sí te lo mereces.
No lo hagas,
porque yo no lo haría nunca.
No lo haré nunca.
No puedes redimirte,
no puedes recuperar lo que ya no existe.
Ni yo,
ni nada que llevase nuestro nombre.
Que he cambiado toda la piel
y ya no me supuran tus heridas.
No vuelvas a jurar por un amor
que no vale nada.
Porque nunca fuimos,
no eres,
nada.

viernes, 16 de noviembre de 2018

He sido feliz sin ti

Soy feliz sin ti.
Desde que me enamoré de ella pensé que nunca volvería a ser feliz
si no estaba,
si no me acariciaba,
si no me despertaba a su lado.
Ella se fue.
Se fue devastando/me todo lo que encontraba a su paso.
Rompió todos y cada uno de mis huesos,
mis ganas
y se llevó todo lo que me quiso.
Menos a mí.
Ella se fue,
y todo se volvió infierno,
angustia,
desierto,
nieve.
Ella se fue,
y yo me convertí en el precipicio
donde venían a terminar sus llantos los suicidas.
Ella se fue,
y creía que nunca iba a olvidarla,
que me moriría de eso que dicen que no mata,
de amor por alguien que se larga dando un portazo,
rompiéndolo todo.
Por un momento creí que nunca iba a dejar de querer a ese monstruo
que me había jodido la vida.
Pero ella se fue,
y fue lo mejor que pudo hacer por mí.
Fue su manera de devolverme todo lo que le había dado,
alejándose,
yéndose tan lejos
que nunca me dio vértigo su caída.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Otra bala perdida que ha ido a darme donde no debía

Sabrás que sigo estando triste,
porque desde donde me miras no puedes salvarme.
Que no has saltado,
que ni siquiera te has bajado de tu pedestal,
que no has sacado las manos de los bolsillos para agarrarme.
Y este, no era el trato.
Te has confundido de personaje.
Tú no tenías que ser la soga que me apretase el cuello,
otra vez.
Tenías que recoger todo lo que era y me habían quitado.
Y solo me soplaste en los ojos,
para que no viese tus cartas.
Y al final,
te darás cuenta de que ese cisne al que veneras
no es más que un cuervo
que acabaría sacándote los ojos.
Mientras yo,
domé mi monstruo,
calmé mi ira,
para poder acariciarte sin atravesarte.
Dejé de bailar con brujas, porque a ti te daban miedo.
Y tú,
solo querías regar su ausencia de lágrimas,
pero todas,
todas,
eran mías.
Y te recuerdo,
que si Romeo existiera,
no moriría por Julieta,
y yo por ti,
tampoco.

lunes, 8 de octubre de 2018

H

La dejé,
como el que deja de fumar
y vuelve.
Una
y otra vez,
pensando que no será
para siempre.
Solo una vez más,
No puede,
no puedes,
matarme.
Mañana,
nos dejo.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Como si no quisiera saberlo

Me hizo soñar,
a pesar de sus mentiras.
Las que me creía
por instinto suicida.
Como si la Venus de Milo no supiera que un día tuvo brazos,
y pudo abrazar con los ojos cerrados
a quien se los cortó.
Ella,
mi tierra firme sin avistar
por un capitán que otea desesperado el horizonte.
Como si su risa no me diera más miedo
que los tambores de guerra.
Como si soñar con un adiós,
fuera a devolverme mi última vida.
Como si pudiera desear no volver a verte,
y no morirme si se cumple.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Siete vidas

A veces, todavía llevo arena en los bolsillos
de haber vuelto tanto a nuestra playa,
pero ya no tengo astillas en las uñas
de arañar su ausencia.
Porque cuando pienso en quedarme
solo con una vida,
siento tu presencia.
Y no puede ser casualidad,
que sea tu olor el que me sube por la nariz
cuando barajo la posibilidad de ser un simple mortal.
Mira,
que mi eternidad eres tú.
Y quiero,
poder decir que fui valiente,
que te agarré de las manos
y no dejé que nos cayésemos.
Que te besé la frente en el momento oportuno.
Que he conseguido,
que nunca vayas a olvidarte de mí.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Si tengo que pedírtelo, no lo has entendido

No entiendes,
que acabé convirtiéndome en una de las sombras que me rodeaban,
que la oscuridad que me acogió
terminó cegándome.
No me entiendes,
que el frío que ahora tengo
apaga todos tus fuegos,
que no puedes entrar dentro de este bloque macizo
si no tienes las llaves.
No lo entiendes,
que necesito mucho más de lo que me vas a poder dar,
de lo que tú me quieres dar.
Todavía no lo has entendido,
que si no me sacas de este abismo,
vas a acabar hundiéndote conmigo.
No lo vas a entender,
pero después de todo,
lo único que necesito
es que acaricies mis fantasmas por la noche,
cuando quieran volver a hacerme llorar.
Que me cuides
como yo nunca lo he hecho.
Que te quedes.
Y me salves.
Otra
vez.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Si lloras

Y me encuentro,
sentada de espaldas,
de cara a la pared
sabiendo que volaría por los aires
todos mis palacios mentales,
si con ello destruyó tus miedos.
Porque me he dado cuenta,
de que tus sueños,
son los míos,
aunque no me encuentre en ellos.
Que por ti,
le diría a todas esas
que vuelvan a subirse el vestido,
que se pongan sus máscaras,
y se vayan por donde han venido,
aquí ya no tienen sitio.
Gritaría a Tritón,
para que enfurezca el mar,
si las nubes quieren ponerte triste.
Porque si lloras
por mí,
hago tu pena.
Y no la merezco.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Nikita

Podría,
haber olvidado todo lo que me hizo.
Podría,
no haber seguido viviendo entre sombras,
pensando en lo rota que estaba.
Podría,
haber estado con todas esas,
sin ponerles su voz,
sin buscar que me tocasen
como lo hacía ella.
Podría,
haber pedido un abrazo,
o que me secasen las lágrimas.
Podría,
resucitar,
matando mi pasado con ella.
El nuestro,
y cambiar de banda sonora mi vida.
Quizás así,
podría,
dejar de pensar que detrás de cada sonrisa bonita,
hay una asesina.
Quizás así,
podría,
hacerte a ti un hueco,
y dejar de vetarte la entrada.
Por miedo,
a que me vuelvan a poner una bomba.

lunes, 27 de agosto de 2018

Frío

Estamos luchando en una guerra de titanes tullidos,
que se resisten a hacerse humanos.
Yo no quiero ir.
Tú no quieres venir.
Al final,
vamos a morir
a manos de algún verdugo que perdió el corazón encerrado en una torre.
Y entre todos esos esqueletos sin corazón,
que no supieron luchar,
no nos vamos a encontrar.
Y te perderé.
Me perderás.
Y con toda la agonía que da el recuerdo
que no vuelve,
no podremos ni siquiera echarnos de menos.
En esta distancia de seguridad que no nos deja tocarnos,
todavía puedo gritarte,
aunque solo escuches un murmullo:
ven.
Ven y abrázame.
Que yo me estoy muriendo de frío.
Ven,
que me estoy ahogando con tanto hastío.

Qué difícil es quererte

Un día me confesó:
“no sabes lo difícil que es quererte”,
mientras se tapaba la cara
para que no viese cómo lloraba.
“No sabes lo difícil que es
no saber lo que sientes,
si es que sientes algo.
Si detrás de ti,
no se ve nada.
Si por dentro,
sigues estando muerta.”
No le respondí.
No la abracé.
Encogí los hombros,
y esperé a que se durmiera,
dándome la espalda.
Lo que ella no sabía,
es que lo que me decía,
ya me lo había dicho yo.
Mil veces.

lunes, 20 de agosto de 2018

XIII

Qué mala mi suerte,
que la historia que vienes a leerme ya me la había aprendido.
Qué mala la tuya,
que los protagonistas que iban a casarse,
al final se mueren.
Qué inoportuno el destino,
que viene a ponerte en mi desierto
cuando más sed tengo,
cuando más demonios te persiguen gritándote
que
no!
Y entiende, que mi ego de fénix ya no soporta más derrotas,
más pérdidas,
más sangrías,
que estas fosas comunes están llenas de todo lo que un día me hizo daño,
y no me dejan
verte.
Y no me dejo
correr hacia ti,
si delante tienes un ejército de terracota que va a matarme,
que quiere convertirme
una
y
otra vez
en piedra,
como si tú fueras ahora la Gorgona que va a fulminarme.
Porque no puedo tocarte si sigues cubierta de espinas,
y te lo aseguro, amor, que sé de lo que hablo,
que mucho tiempo fui yo el único cactus de mi oasis.
Porque,
te quiero ahora,
te quiero
con todas las dudas que puede tener un alma rota,
con todos los miedos que se guardan dentro de un corazón lleno de costuras,
que al fin
y al cabo,
tú no cosiste.
Pero si no vienes desnuda,
sin pistolas,
sin espinas,
si no dejas atrás todas las sombras que quieren cegarme,
tendrás que echarme de menos.
Y ojalá no llegues tarde,
porque entonces
todos los poemas que te escriba
acabarán
oliendo
a despedida.

sábado, 18 de agosto de 2018

Las historias de amor no existen.

Pero aquí no hay amor.
Crújeme el corazón entre tus uñas y párteme la espalda con la lengua, 
hasta que deje de respirar tu aliento.
Y de repente, pasas tú por las comisuras de mis labios como una bacante ebria,
llena de frenesí.
Y entonces me acojono si te miro y te veo dentro de estas entrañas,
donde anidaron las polillas desde que me rompieron las costillas los puños del hastío de saberme viva, matando los dragones que invaden este abismo putrefacto, donde absorbía los deseos de otras,
que no eran tú.
Y quiero que se paren los planetas,
justo aquí,
justo en ese punto en el que no sé si me odio más o me quiero menos por dejar que te quedes,
justo aquí.
Justo donde ya no duele porque no lo siento,
y no lo siento porque hace tiempo que cortó los nervios.
Aquí, donde las golondrinas ya no hacen sus nidos porque hace demasiado frío.

...Y te susurré que las historias de amor no existen...

Si tuviese tres deseos, me sobrarían dos.

Ella es tormenta,
viento,
vendaval.
Ella es el tornado,
el huracán que abrió todas las puertas y rompió las ventanas.
Desde su risa me convertí en kamikaze,
empecé a pisar fuerte con los ojos cerrados,
sin pensar,
sin mirar.
Ojalá me destroce,
me abra todas las grietas y me sople.
Ojalá me acaricie hasta que sangre todas las lágrimas que me he tragado.
Ojalá se quede
y se beba mi Colacao todas las mañanas.
Ojalá se quede cuando llegue la calma y no haya cristales en el suelo,
cuando arregle los cimientos de este templo y arranque todas las páginas que no le gustan.
Ojalá se quede,
tan cerca que su olor y el mío sean el mismo.

martes, 14 de agosto de 2018

Pero no me digas nada

No sé lo que siento,
pero elegirte es la única opción.
Y quizás quererte sea eso,
quizás sea algo parecido a lo que siento cuando te abrazo por la espalda a las tres de la mañana.
No sé lo que siento,
porque todavía no tengo el aire suficiente para soplar tus alas,
pero me inundan las ganas de hacer que vueles
y lo único que quiero es que si me sueltas la mano,
sientas que no hay otro camino que te salve del precipicio.
Que soy yo.
Porque te vi despertarte y no tuve miedo,
porque me sonreíste y se fueron todos mis demonios
a esconderse en su penumbra, con el rabo entre las piernas,
con los mismos nervios que me invaden a mí
cuando siento tu pelo,
cuando pienso en no volver a besar tus ojos.
No sé lo que siento,
pero si te digo que te quiero,
abrázame
y vamos a jugar
a
no
decirnos

nada.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Y yo, tampoco lo sabía

Tú no lo sabes,
pero memorizo cada mueca de tus labios cuando sonríes,
la forma en la que achinas los ojos cuando estás feliz.
Tú no lo sabes,
que tomo apuntes de cómo me miras cuando te pones nerviosa,
de cómo te tocas el pelo.
Tú no lo sabes,
pero lo que yo quiero es aprenderte,
para que nunca me haga falta verte para saberte cerca.
Tú no lo sabes,
pero me sentaría cada noche a contarte estrellas hasta que te duermas.
Tú no lo sabes.
Todavía.
Que lo que yo quiero es salvarte,
de todas
y cada una
de las hostias que tenga la vida guardadas para ti.
Tú no lo sabes,
que los excesos me perturban
pero cuando no estás;
te
echo
tremendamente
de menos.

martes, 7 de agosto de 2018

Puede que intente salvarte la vida

Hoy ya no estoy dispuesta a que me rompan la cara,
ni a esconder mis alas,
otra vez.
En mis ojos todavía se ve el incendio de todo lo que ya no tengo.
Y no me queda
nada.
Y sin nada, no puedo saltar a tu abismo
que no tiene agua.
Que me sigue dando miedo escuchar la tormenta,
el olor a tierra mojada,
porque después de ahogarme en su miseria se me helaron todos los huesos.
Se me congelaron las manos y todavía no puedo agarrar tus dedos,
no puedo besarte si aún no soy capaz de abrir la boca,
si cada vez que me rozas siento que vas a morir envenenada en todas las espinas que todavía me atraviesan el pecho.
La fragilidad que da el miedo me hace querer huir cada vez que algo se complica,
cada vez que sus fantasmas vuelven a morderme el cuello,
cada vez que el dolor me recuerda que estoy muerta.
Que me maté una y otra vez
hasta que dejé de escucharlo.
Y puede que lo haga,
puede que agote el cargador en mi sien antes de escribirlo,
puede que me mienta tanto que llegue a creérmelo,
puede que haga que te vayas,
que te eche,
que me odies,
que no quieras volver a escuchar mi nombre.
Puede que nunca pueda cumplir lo que te prometo,
que no sea lo que esperas,
que no quieras toda esta sombra en tu jardín.
Puede que antes de escribirlo
me ate las manos,
que pierda la conciencia.
Puede que me cosa los labios,
o me corte la lengua
antes de decirlo.
Puede que no quiera hacerlo,
que esté intentando cambiarlo antes de que te des cuenta.
Puede que esté evitando otro cataclismo,
que intente salvarte la vida.
Puede que no te merezcas mi caos.
Puede que lo esté haciendo.
Puede.
Y solo puede.
Que te esté
empezando
a
querer.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Créeme

No te quiero,
pero te esperaría seis vidas y media
sin más consuelo que tu recuerdo.
No te quiero,
pero guardaría en mis cajones todas las caricias de tus manos
aún siendo bolas de fuego.
No te quiero,
pero elegiría entre millones, tus piernas debajo de las mías.
Créeme
que no te quiero,
pero si me pidieses todas las estrellas que abarca tu mirada,
robaría un cohete para dártelas una a una.
No te quiero,
pero podría escribirte mil palabras cada día
para que no te fueses nunca.
No te quiero,
pero si me sonríes una vez más,
me quedo en tú risa hasta morirme.

lunes, 16 de julio de 2018

Matamos las perdices

Una vez,
te regalé un alma,
mis dudas,
mis miedos,
mi vida.
Te regalé mi libro,
la esperanza,
mis inquietudes.
Te regalé mis manos,
mis ojos,
todas las caricias que puede soportar una piel.
Te regalé todo lo que decías que te faltaba,
lo que nunca te habían dado.
Y yo no sabía
que no te lo merecías,
que no todos los pasajeros de tu vida habían sido malos,
que todos los demonios eran tuyos,
que tú les echabas de comer
que tú rompías sus jaulas.
Que las sombras que te rodeaban eran tuyas
solo
tuyas,
pero ensombrecen a todos los que intentan darte un poco de luz.
Tú,
me diste desidia,
lágrimas,
ceguera.
Me convertiste en el alma más negra que se podía encontrar en el purgatorio,
en el naufrago con menos esperanzas del océano.
Y dejé de nadar,
rompí mi mástil
quemé mi vela,
y me senté,
Me senté a esperar, hasta que te maté de todos y cada uno de mis rincones.
Porque matarte, era la única esperanza de encontrarme.

domingo, 15 de julio de 2018

No lo hagas

No te vayas.
No te vayas.
Y cuando el frío llegue,
por favor no te vayas.
Tápame los ojos con tus manos
para que no me vea,
y no te vayas.
Cuando no sepa cómo convencerte de que lo hagas
por favor,
no te vayas.
Cuando no sepas nadar en toda esta tristeza
y te ahogues.
No te vayas.
Aunque no sepas cómo cerrar todos estos puntos,
no
te
vayas.

viernes, 13 de julio de 2018

Ya no sangro

La guerra,
el frío,
los miedos.
Mis monstruos,
no han vuelto.
No han vuelto desde que tú me coges la mano,
desde que tus dientes me calman,
ya no sangro.
Y es que si me he tenido que romper tantas veces
para que ahora vengas tú a salvarme,
ha merecido la pena.
Que nunca he querido que nadie volviese a pisar lo que estaba roto,
por miedo a cortarme otra vez las venas,
por miedo a que volviesen a abrir lo que tanto me había costado cerrar:
 a mí.
Pero mírame,
que me he dejado las llaves puestas,
y no quiero pedirte nada, tan solo que me vivas,
que me vivas como yo no he sabido hacérmelo.
Porque me echaba de menos,
te echo de menos
todo el rato.
Y ojalá nunca se nos haga tarde.

miércoles, 4 de julio de 2018

No me he perdido

Ahora.
Después de tanto tiempo dando bandazos,
viviendo a toda velocidad,
jugando con fuego.
Te veo reír.
Te veo reír a dos centímetros de mi boca
y sé que ya no hay vuelta atrás.
           No quiero huir.
Y me miras como nadie lo había hecho,
porque todas miraban por fuera,
pero tú me miras por dentro.
Ahora,
que si esto sale bien vuelvo a creer,
quiero aprender a querer
con las alas rotas,
con el miedo que da el frío
después de haberme quemado los dedos tantas veces.
Dime qué quieres encontrar tú en un alma triste,
que ya no sabe cómo suena el amor.
               Ven.
Que te prometo
que voy a pagarte todos los besos que te debo,
uno por cada herida
otro por cada miedo.


lunes, 2 de julio de 2018

Contracorriente

``Y si tú no sabes mirarte, déjame que te mire yo´´.

Quédate.
Siéntate cerca y espera,
a que limpie todo este desastre,
a que eche de mi casa toda esta tristeza que me queda.
Espera.
Mientras riego este jardín de amapolas que hace tiempo no querían volver a nacer.
Ahora,
van a ser para ti.
Quédate,
que voy a quemar todos los libros que me duelen,
que voy a hacerte un sitio bien dentro.
Dime qué te atormenta a ti,
porque voy a besarte cada puto demonio que venga a venderte dudas.
Que tus miedos hacen juego con mi ausencia
y tu risa le queda genial a mis heridas.
Que sé que tienes tantas costuras en las alas, como ganas de volar.
Y voy a cuidarte.
Para que saltes más alto que nunca,
para que nunca llegues tan lejos.

miércoles, 13 de junio de 2018

Vete, tú que puedes.

Vete.
Vete de aquí.
Quiérete y vete.
Vete antes de que sea tarde,
antes de que te quedes encerrada en mis pupilas.
Vete antes de que entre y lo revuelva todo,
porque aquí dentro
ya no crece la hierba.
Que no te engañen los ojos de ángel,
ni la sonrisa de niña buena.
Todo lo que ves aquí:
son demonios.
Ruinas,
libros de amor roto que ya no quieren que nadie los lea.
Vete antes de que te enamores de este caos,
antes de que quieras coser todas estas heridas que todavía supuran.
Vete.
Que yo no te puedo pedir que te quedes.

jueves, 3 de mayo de 2018

Nunca fuimos, amor.

Y no era amor.
Ahora sé que no era amor,
que fuiste el estallido de la bomba que tenía que destruirme,
para resurgir de mis cenizas con más fuerza que nunca.
Que no era amor
tú forma de mirarme
tus caricias
los cuchillos que me clavabas en las alas, para que no volase.
Que nunca fuiste amor.
Y ahora, no puedo dejar de mirarme
después de todo lo que has roto aquí,
después de todas las flores que ya no van a nacer.
Pero ahora no tengo miedo,
porque ni tú,
ni yo
hicimos nunca al amor.

miércoles, 25 de abril de 2018

Casi me convierto en uno.

Una vez me enamoré de un monstruo.
Me enamoré tanto que lo cuidé con mi alma,
como si de un pacto con el diablo se tratase,
pero el diablo
era él.
Un monstruo que alimentaba mis fantasmas cada noche
mientras se escondía en máscaras de jade.
Que me mataba poco a poco
y me secaba las lágrimas con fuego,
hasta que dejé de sentir-me
nada.
Me enamoré tanto de mi monstruo
que buscaba mi calma en su caos,
mi felicidad en su agonía.
Me enamoré tanto
que estuvo a punto de convertirme en uno.

jueves, 19 de abril de 2018

Hasta nunca

Gracias por romperme tanto, porque he llegado a ser polvo de diamante.
Y he sobrevivido.
Por fin te he sobrevivido.
Y ahora, recojo todos mis escombros
y me reconstruyo antes de que venga alguien.
Ahora, cambiaré todas las cerraduras, para que tú no tengas llave
de ninguna de mis grietas.
Que tus cicatrices me quedan bonitas,
y no hay sonrisa más grande que la del que lo ha perdido todo
pero todavía le queda
tanto.

martes, 10 de abril de 2018

Cierra los ojos y ve

Cierra los ojos e imagínate que hace años que no sabes de mí
que no nos vemos,
que no hablamos.
Cierra los ojos e imagina a alguien agarrándote la mano al salir de casa
imagina que no soy yo
imagina que no es nuestra casa.
Ciérralos y siente cómo se te va a partir el corazón en millones de pedazos
cuando me veas a lo lejos, acariciando otra espalda.
Dime cómo coño vas a leerme cuando toda esta sangre ya no sea tu culpa.
Cierra el corazón y piérdeme del todo,
pierde todo lo que algún día construyó el mundo donde eras la única princesa del castillo,
corta con los dientes tu hilo rojo, que yo sé que en la otra punta está mi dedo.
Cierra los ojos y dime cómo vas a sobrevivir viviendo entre escombros de ropa interior que no huele a mí, dime cómo van a llenarte otras miradas si no tienen mis ojos.
Dime cómo vas a tirar toda la mierda que te he escrito,
si ya se te ha clavado dentro de la sien.
Cierra los ojos y aprende,
que nadie va a quererte
ni a escribirte
como yo.
Ahora
recuérdame todo lo que me has hecho,
porque creo que te estoy olvidando.

miércoles, 4 de abril de 2018

Te lo pide Andrés

Quiero. 
Volver a ver tu cara después de correrte, 
que me cojas del cuello y me digas que me quieres. 
Volver a acariciarte la espalda hasta que te duermas, 
para luego estar toda la noche sin dormir, simplemente mirándote. 
Quiero. 
Volver a llegar tarde por los cinco minutos más llenos de abrazos,
que tu cama y la mía sean la misma, 
otra vez. 
Quiero que vuelvas a mirarme como antes, 
como cuando me hacías sentir única, 
en tu mundo 
y en mi vida. 

Solo sé

No sé si tú me seguirás queriendo mañana,
ni siquiera sé si me quisiste ayer,
quizás nunca.
Pero yo
te quiero hoy.

sábado, 31 de marzo de 2018

Todo

Yo contigo quería recorrer Estambul, pasear por Cuba y hacer el amor en la última planta del Burj Khalifa.
Quería enseñarte mis sitios favoritos de Florencia, darte toda la historia de Roma.
Pero tú nunca has sabido ser feliz, y perdiste todo un mundo por miedo.
A qué?
Mi parte favorita de la bomba siempre fue tu pólvora
hasta que me explotó en el lado izquierdo del pecho.
Yo que siempre fui hielo
terminé evaporándome en tu hastío.
En cambio tú,
ya estabas muerta.

viernes, 30 de marzo de 2018

El cajón de los desastres

Las tazas no se tiran.
Todavía sigue ahí, intacta, reluciente pero con un poco de polvo, boca abajo y de cara a la pared.
Ahí sigue porque las tazas no se tiran, porque no puedo verla, porque no puedo tomar café en ella desde que no estás.
Desde que su: ``What we have is from another planet´´, ya no es nuestro.
Desde que todo fue mentira,
desde que tú
fuiste mentira.

domingo, 25 de marzo de 2018

Nunca me has querido

``Yo siempre te he querido´´...
No hay puñal más mortífero que esta frase en tu boca después de acoger otras lenguas.
Yo siempre te he querido;
lo llevo grabado en la nuca
y me quema cada vez que la apoyo en la almohada.
Siempre,
me lo decías tantas veces que me lo creí desde la primera.
Dónde está?
Todo ese amor que me prometías,
los ``siempre´´
los ``nunca´´
los ``jamás´´.
Dónde estás tú? Que hace tiempo que no te encuentro.
Yo
siempre te he querido,
y aún sigo haciéndolo.

martes, 20 de marzo de 2018

Promesas.

Qué triste quererte sin saber quien eres,
sin conocerte.
Qué triste nuestra historia de amor que acaba en tragedia, con todos los protagonistas muertos, enterrados bajo tierra a kilómetros de tu corazón, ese que un día juró ser mío.
Malditas tus promesas, que parecían tan verdad que asustaban,
que son tan mentira que abrasan.
Qué triste yo,
que te dí incluso lo que no tenía, para que nunca te fueras,
pero mírate: saltando continentes y mares.
Qué triste, que ya no me acuerde de cómo sonaba tu sonrisa en mi boca.
Qué triste tú,
que ya no sabes lo que era el amor.
Y qué tonta yo,
aunque ya no quiera perdonarte.
Nunca.

lunes, 12 de marzo de 2018

A N:

Toda esta mierda es TUya 
culpa...

El huracán que asoló toda la tierra en la que había puesto mis pies alguna vez.
Fuiste el deseo más oscuro en las noches más claras.
La mano que siempre mecía mi espalda para que mi niña durmiera.
Dime ahora dónde está ella,
que yo todavía estoy perdida.
N, es historia,
cuento.
Pero sobre todo es abismo.
N, es todo este dolor que brota por mis manos.
Es placer que se acaba cuando las dos despertamos.
N, es lágrimas de desesperación.
N, es poesía.
N, soy yo.

domingo, 4 de marzo de 2018

Nunca más.

Aquí
en mí;
hace mucho frío desde que no estás,
pero ya no me sirve tu fuego abrasador.
Ese que acaba con todo
todo lo que toca-s.
Como tu nombre, que pudre cada página donde se posa,
como tus manos
que rompen cada cuerpo que rozan.

jueves, 1 de marzo de 2018

De todas las formas posibles.

De todas las formas posibles para pedirte que vengas, no se me ocurre ninguna mejor que esperarte.
No sé cómo decirte que todo es oscuro desde que no está tu luz aquí,
tampoco sé cómo demostrarte que puedo matar todas las dudas que vengan a torturarte.
Que podemos arrancar todo lo malo
y seguir escribiendo lo bueno: la felicidad del principio,
el amor del comienzo.
Y no me sale otra cosa que esperarte,
porque no quiero otra cosa que no sea tuya,
que no seas tú.
Y voy a perdonarme todas las veces que he comido polvo,
todas las veces que no he sentido amor.
Que voy a perdonarte todas,
todas estas espinas que has ido clavándome poco a poco.
Voy a sacármelas una a una con los dientes,
y voy a curarme para volver a quererte, como el que quiere saltar cuando todo está perdido.
Me perdono haber saltado tantas veces,
sobreviviendo a toda esta angustia.
Y me perdono esperarte aunque estés tardando tanto.

domingo, 18 de febrero de 2018

¿Ganamos?

Hoy he respirado,
y me he dado cuenta de que si sonríes...
sigo ganando.
Últimamente no dejo de perder cosas,
de perderme.
Pero al final siempre acabo ganando,
gano porque cuando estás en mi cama todavía sonríes,
lo haces cuando te miro dormir, y no sé si es queriendo o sin querer.
Tampoco sé si me quieres o lo quieres hacer.
Sé que sonríes, y entonces gano aunque no me quieras.
Gano y tengo mucho miedo de perder.
Y no te hablo de una posición, de una carrera, ni siquiera de un sorteo,
hablo de PERDER,
con mayúsculas.
De perder la fuerza que me has dado todo este tiempo,
de perder todo lo que he construido para ti,
para nosotras.
Miedo de perderte porque si lo hago, no sé qué me jugaré después.
Porque si me vuelvo a perder, ya no sé donde buscarme.
Pero si tú me sonríes,
yo te seguiré ganando.

jueves, 15 de febrero de 2018


Que dejar ir a quien amas nunca es un acto de valentía,
pero siempre
siempre es un suicidio.
Que cuando te alejas de quien te acuerdas cuando todo va mal,
a quien buscas abrazar cuando todo se derrumba,
eres un cobarde.
Cuando no puedes luchar por quien hace mover tu sangre
por miedo a vivir, no eres digno de llamarte,
superviviente.
Si te paralizan las dudas y no saltas,
eres un neutro,
un gris.
Y a los grises, no los ve nadie.

lunes, 12 de febrero de 2018

El verbo que odio.

``Tanto escribir para, 
al final, quererte
lo que no está escrito. 
Vuelve, 
que aquí
ya es de noche, amor.´´

Todavía a veces vuelves a aparecer,
como cuando tu nombre no hacía juego con mis heridas,
como cuando tu aliento era el que calmaba todas mis dudas.
A veces vuelves
pero nunca te quedas,
todavía.
Vuelves y me abrazas,
y entonces... todo está bien.
Pero vuelves a irte,
y entonces... vuelve el miedo,
el ruido
las dudas.
Vuelve su nombre junto al tuyo, a torturarme cada noche.
Vuelvo a correr lejos de mí, buscando todo lo que te regalé y no me has devuelto.
Todavía.
Corro y corro, pero nunca llego.
Te has ido tan lejos que ya ni siquiera te huelo, que tu perfume empieza a irse de mi ropa.
Que en mi pelo ya no están las huellas de tus dedos.
A veces vuelvo,
a ver nuestras fotos,
a leer nuestras cartas.
A veces cojo las llaves de nuestra casa, pero ya no abren nada.
Vuelvo a quererte cada vez que pienso en todo lo que fuimos,
en lo infinito de ser dos cuando siempre contábamos uno.
Vuelvo a quererte aunque nunca haya dejado de hacerlo.
          Vuelvo.
Todavía.

sábado, 10 de febrero de 2018

Ella sí quiso.

Tienes la mirada triste, me dijo.
Aun así son los ojos más bonitos que he visto nunca.
Poco te has fijado entonces, le respondí.
Esa noche no fueron las manos lo único que me rozó, me besó el alma despacio, con más miedo del que tenía yo.
Me besó y quiso quedarse,
quería ponerse a reconstruir todo lo que ella ya había encontrado roto.
Me abrazaba y me acariciaba cada pespunte que me daba.
Ella quiso.
Ella quiso quedarse.
Y yo,
hice que se fuera lejos de este caos que dejaste tú,
de mí.
Porque ella,
no se merecía impregnarse
de tus 
de nuestros

fantasmas.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Estás llegando tarde.

Me enamoré.
Me enamoré de ella como si fuese el último clavo al que podía agarrarme.
Me enamoré de su forma de mirarme,
de sus manos.
Me enamoré de la persona en la que me convertí después de sus besos.
De su forma de vivir,
de su risa.
Me enamoré de su amor,
de lo que me daba cuando todo parecía haberse roto.
Me enamoré de todo lo que llevaba nuestro nombre,
del hijo que no tuvimos.
De la casa que no terminamos de pagar.
Me enamoré de ella porque así me conocí a mí.
Me enamoré de todo lo que soy ahora sin ella,
me enamoré de mí
por quererla a ella.
Y es que todo este amor no se me acaba
aunque sigas llegando siempre tarde.

miércoles, 24 de enero de 2018

XV

Amor significa
ven.
Que sigo esperándote en nuestro sofá, para hacerte morir de cosquillas otra vez.
Ven,
que te he perdonado todos los besos que no han ido a parar a mi boca
aunque mis insomnios siempre llevan su nombre.
Que he borrado de mi piel todas las caricias que no han sido tuyas.
Significa
que quiero que vuelvas
que vuelvas a reírte mientras follamos
y a besarme los pies porque nunca antes se lo habías hecho a nadie.
Significa, te prometo:
que voy a matar todos los miedos que te hacen quedarte allí,
que voy a darte una razón diferente cada noche para que nunca más quieras estar lejos.
Y en realidad, no quiero que me necesites para ser feliz, lo que quiero es que seas feliz conmigo,
que vuelvas a hacerte gigante y nos hagas invencibles,
como cuando no había ni aire entre nuestras bocas.
Te lo prometo.
Que te he perdonado.
Que nos he perdonado.
Que he perdonado esta guerra que ha causado tanta muerte, que ha destruido todo un templo donde tú eras la reina.
La mía.
Que nos perdono por no haberlo intentado cuando todavía estábamos exhalando el mismo aire.
Que te perdono por haberme descosido las alas y haberlas quemado delante de mí,
porque ahora que vuelo más alto que nunca,
sigo echándote de menos.
Aunque siempre te piense de más.

domingo, 21 de enero de 2018

Esto no es amor


El corazón me canta al ritmo de Andrés cada vez que te veo
aunque estés a 100 metros.
Nuestras manos se buscan detrás de la multitud,
temblorosas y ansiosas por rozarse.
Mi boca anhela la tuya cada vez que me acerco a tu nariz
y no puedo olvidarme de tu voz aunque otra lengua me esté buscando para que la muerda.
Te he escuchado gritar de dolor
y de placer.
Te he visto siendo gigante y haciéndote diminuta,
te he sentido la reina de mi mundo,
y la bruja que manda ejércitos de demonios para torturarme.
He visto todas tus caras y me he cortado las venas con cada una de tus espinas,
y aún estando en el fondo más absoluto…
quiero hacerte la mujer más feliz del puto mundo.
Tu fantasma sigue intacto en mi nuca, y te echo tanto
tanto
tanto de menos,
que se me ha olvidado cómo se decía:
te extraño.
Todo lo mío sigue siendo tuyo,
pero no te equivoques
que todavía tienes que mentirte:
que esto
no
se
llama

amor.

miércoles, 17 de enero de 2018

Ambulancia

``Cada vez que te pierdo de vista todo suena a ambulancia´´.

Que yo no soy poeta, que solo soy una gilipollas que escribe mierda porque ya no puede decirte cada mañana que te quiere.
Que me ahogo entre gemidos que no me importan, bajo lenguas que no me llenan
y te quieros que solo me recuerdan que mi vida es un juego desde que tú no estás.
Que me mato cada viernes un poco más para ver si tú vienes a salvarme,
pero nunca llegas.
Y vienen muchas a prometerme mil noches de amor,
que yo no quiero,
que no busco porque no tienen tus manos.
Y me regalo un engaño nuevo detrás de cada trago, para ver tu cara en cualquiera,
para sentir tu olor en esa espalda que destroza mi cama,
pero no eres tú.
Te has ido tan lejos que no puedo ni gritarte que vuelvas, que sigo queriendo bajarte la puta luna hasta cuando llevo veinte copas de más, que le hablo a las mariposas de tu risa y les pido que me la traigan, aunque sea para morderla una última vez.
Que nada me cura tus heridas, los besos no me sacian y no hay quien cierre esta puta boca que solo quiere susurrarte que te quiere, que no hay tijeras que corten nuestros hilos ni pistolas que maten nuestro amor.
Ven
y cúrame.
Que ya casi no me queda aire.

sábado, 13 de enero de 2018

Tú llámalo como quieras

Me agarré a tus espinas como quien se agarra a la cuerda que le está apretando el cuello. 
Creía que no podría respirar con tu pérdida pero mírame, con los ojos más abiertos que nunca y las manos llenas de sangre. 
La mía. 
La que te di para curarte todas las heridas que yo no había hecho, 
y te levantaste
te levanté.
Y te fuiste.
Dejándome tu recuerdo para castigarme cada noche,
ahogándome de palabras que nunca tuvieron verbo, 
que nunca fueron mias. 
Pero ahora quiero que lo hagas;
quiero que nos mates lentamente,
que nos mates de una vez por todas.
Que tires lejos la llave de nuestra casa 
porque yo voy a quemarte.
Y cuando vengas,
encontrarás las cenizas de eso que un día llamamos amor.
Ahora llámalo como quieras,
suplicio
olvido.
Ausencia.

martes, 2 de enero de 2018

15.

Que te quiero.
Que te voy a querer
mucho tiempo.
Pero nunca te has merecido
que lo haga.