sábado, 19 de octubre de 2019

Todo se lo ha llevado tu fuego.

Si lo que ayer escocía
ya no siente,
no palpita por ti mi alma,
que no te admira,
que no te espera.
Que no quiero cerca tus garras de quimera.
Y es que ya no te veo,
te miro y no te veo.
Veo tu sombra,
tus demonios.
Veo la boca de otra a dos centímetros de tu cara.
Y ya no te veo.
Te busco y te encuentro,
con ella.
Pero ya no te veo.
Ni siquiera te escucho,
ahora son cantos de sirena
que solo quieren verme muerta.
Y me asomo al precipicio,
pienso,
medito,
corro.
Y vuelve su espalda en tu cama,
tus mentiras,
la agonía.
Y ya no te busco,
ni te veo,
ni te escucho.
Ahora vuelves,
pero todo lo ha asolado el fuego.

domingo, 13 de octubre de 2019

No es oro todo lo que reluce, y tú, tampoco.

Yo, que te quise como el Principito a su flor, 
tranquila,
suave,
en paz.
Yo, que construí todo un estadio para que te gritasen, 
para hacerte gigante, 
eterna.
Con mi alma.
Que todos y cada uno de estos huesos, 
se rompieron para hacer un puente que cruzase tu abismo. 
Ahora dime por qué quemaste todos y cada uno de los pétalos de todas las margaritas que deshojé pensando que sí,
me querías. 
Yo, que me moría por verte volar.
Tú, que decidiste tu propia muerte.

Ya no brillas. 

Por última vez.

Te quiero lo que no está escrito.
Pero no voy a volver a escribirte.