martes, 20 de marzo de 2018

Promesas.

Qué triste quererte sin saber quien eres,
sin conocerte.
Qué triste nuestra historia de amor que acaba en tragedia, con todos los protagonistas muertos, enterrados bajo tierra a kilómetros de tu corazón, ese que un día juró ser mío.
Malditas tus promesas, que parecían tan verdad que asustaban,
que son tan mentira que abrasan.
Qué triste yo,
que te dí incluso lo que no tenía, para que nunca te fueras,
pero mírate: saltando continentes y mares.
Qué triste, que ya no me acuerde de cómo sonaba tu sonrisa en mi boca.
Qué triste tú,
que ya no sabes lo que era el amor.
Y qué tonta yo,
aunque ya no quiera perdonarte.
Nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario