miércoles, 25 de abril de 2018

Casi me convierto en uno.

Una vez me enamoré de un monstruo.
Me enamoré tanto que lo cuidé con mi alma,
como si de un pacto con el diablo se tratase,
pero el diablo
era él.
Un monstruo que alimentaba mis fantasmas cada noche
mientras se escondía en máscaras de jade.
Que me mataba poco a poco
y me secaba las lágrimas con fuego,
hasta que dejé de sentir-me
nada.
Me enamoré tanto de mi monstruo
que buscaba mi calma en su caos,
mi felicidad en su agonía.
Me enamoré tanto
que estuvo a punto de convertirme en uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario